Mi experiencia en el Mundial... de Cuentos

Con enorme placer, anuncio que soy uno de los cuatro ganadores del Mundial de Cuentos.

 


Me enteré del Mundial de Cuentos por las manos de Juan José Panno, quien, en un grupo de Whatsapp, compartió la novedad. En un principio no deseaba sumarme, pero ante algunas preguntas que le hicieron, salté a "bancarle los trapos". Me inscribí principalmente por hacerle el aguante a Panno, aunque de esto él ni se enteró (y no se enterará, salvo que lea esto). 

Del Mundial participaron autores de Argentina, Italia, España, Cuba, México, Uruguay y Venezuela. El jurado, integrado por Ana Villareal, de Argentina, Nathalie Grumbach, de Francia y Uruguay, Tubal Paéz, de Cuba, y Guillermo Torres Gaona, de Chile, ha seleccionado a mi obra como merecedora del cuarto puesto, por lo que tres cuentos serán parte de la antología de ganadores y cuatro de mis textos fueron publicados en el Blog del certamen .

La dinámica del certamen se sostuvo en un gesto lúdico, generado a partir de frases disparadoras[1]. Durante cada día que hubo disputas de partidos en la Copa Mundial Qatar 2022, llegaba por mail una palabra/frase para uso obligatorio dentro de un cuento. El periodo de tiempo de la consigna comenzaba alrededor de las 00:30, cuando llegaba el mail, y debía responderse con el cuento terminado antes de las 23:59 del mismo día. A su vez, existía una regla que establecía un mínimo de 1500 caracteres con espacios y un máximo de 4500. Todo un desafío que funcionaba como contraine oulipiana o como valla y trampolín, como propone Maite Alvarado.

En algunos momentos la escritura fluyó; en otros, las restricciones generaban dudas. Además, muchas de las frases obligatorias tenían una peligrosa cercanía con lugares comunes. Por ejemplo, tortuga con “se te escapó la tortuga”, de Maradona, ¿De qué planeta viniste?, justamente con el propio Diego y Víctor Hugo Morales, Hasta la victoria siempre con el Che Guevara. Frente a estas posibilidades, intenté desviarme del lugar común cada una de las veces, pero sin dejar de tener referencias no sólo endofóricas, sino, además, exofóricas. En algún punto, hablar de Maradona, Messi o Riquelme es inexorable si hablamos de un jugador número diez.

Fue una experiencia con perfume de la canchita de mi barrio, de los peldaños del viejo Francisco Urbano, con el latido de la Bombonera que se mueve como mi escritura.

 


[1] Por orden cronológico: Botines, Sombras, Petróleo, Puño, México, Batalla, Zurdo, Tortuga, ¿De qué planeta viniste?, Hasta la victoria siempre, Frotando la lámpara, Los de afuera son de palo, Quince minutos, A llorar a la iglesia, El asesinato del juez de línea, Figurita difícil, Cristiano, Naranjas, Inglaterra, Perdidos en Bangladesh, Brasil, Mundial 2122 y El fin del mundo.