Dos veces breve es el primer libro de
microficciones de Eduardo E. Vardé.
(al final encontrarán para descargar
la obra completa)
Superstición
– ¡Te voy a romper la cara! – dicen
al unísono. Se miran, se analizan, dan un paso a un lado, al otro, levantan la
guardia. Hace rato se tienen ganas. Se les nota el mismo odio en los ojos. Una
sola trompada rompe en mil pedazos la cara de uno y condena al otro a siete
años de mala suerte.
Zapping zone
A veces siento que mi vida es una
serie de televisión. Y que Dios es un tipo peludo, barrigón y sudoroso, con
olor etílico, sentado en el living de su casa sosteniendo el control remoto
como si este fuera un arma. A veces no pasa nada, pero a veces temo que se
aburra.
Entelequia
En un pueblo que no existe, de una
localidad que no existe, de una provincia que no existe, de un país que no
existe, nace un político honesto. Cosa que, claro está, tampoco existe.
Aparición
“La realidad objetiva acaba de evaporarse.”
Werner Karl Heisenberg
La cuchilla apareció a la vera del
río. Ninguno de nosotros sabe cómo llegó, no tiene huellas digitales, no tiene
sangre, no tiene ADN, no tiene logo, ni marca en el mango, no tiene mango, no
tiene filo, no tiene signos de haber sido usada, ninguno la dejó ahí, ninguno
la vio llegar de río arriba, ni caer del cielo, ni brotar de la tierra, ninguno
vio si la tiraron, ni sabe si hizo ruido al caer, ni si cayó, ninguno jamás vio
la cuchilla, ni la tuvo en sus manos, ni la usó, ninguno conoce el río, ni se
bañó en sus aguas, ni sabe si hay río, ninguno tiene la certeza de que exista
un cadáver, ni quién era, ni dónde está. Pero lo que sabemos es que la cuchilla
fue usada para un crimen y que apareció ahí, a la vera del río.
Sicario
Le paso a explicar. Tengo ganas de ir
y hacerlo. Pero no sé si son las suficientes. El entusiasmo me dobla, sabe que
soy joven y que sería ésta mi primera vez. Como usted me dijo, la primera vez
es la más emocionante. Pero no quiero aprovecharme la situación. Como ve, yo
quiero. Pero sale caro contratarlo. Aparte no confío en alguien que haga el
trabajo con la misma calidad, o las mismas ganas. Entonces lo pienso un poco
más y decido no hacerlo. No quiero entregar mi futuro en manos de cualquiera, pero
de seguro algún día aflojo. Cualquier cosa llamo al editor que me recomendó.
El fin de la vida
No hizo más que seguir el consejo,
compró el libro de Lair Ribeiro y lo leyó hasta el hartazgo. Luego se subió al
mundo, lo caminó a fondo, hasta dejarlo rendido a sus pies. Tuvo éxito, mucho
éxito. Compró arena del desierto y piedras del monte para decorar la sala. Tuvo
una mujer y varias amantes de lujo. Le sobró para tener tres mansiones y un
único futuro asegurado. Por eso nunca vendió su casa natal, la de patio gris al
fondo, donde una mañana descubrió su manos arrugadas, vacías.
Vocación
Hay personas que pasan su vida
buscando entre miles de galletitas y nunca encuentran su Vocación.
Del hombre vicapa
“Estamos hechos de carne,
pero tenemos que vivir como si
fuéramos de hierro.”
Freud
Como no sabían qué era le
diagnosticaron anemia ferropénica. Así que le dieron complementos dietarios
para tomar en ayunas y también antes de dormir. Con el tiempo, algo dentro de
él fue cambiando. Primero dejó de complicarse por nimiedades, luego dejó de
pre-ocuparse por los problemas. Más tarde, cuando la vida le sonrió, se hizo un
tajo en la piel, se limpió la sangre y me mostró que debajo le resplandece una
gruesa lámina de metal.
No es celulitis, amor
Todo arrancó hace varios días,
primero fue la piel seca. En verdad no sabíamos qué pasaba. Compró veinte
cremas diferentes para las piernas y el cuerpo, pero nada. Después dejó de
mostrarse. Cuando nos acostábamos, apagaba la luz. A veces creo que se bañaba
con la ropa puesta. Me parece que le agarró un ataque de celulitis, aunque el
ombligo se le salió para afuera. La piel se puso de un tinte anaranjado. Yo le
dije que vaya al médico o hable con su psicóloga, que no están bien todos estos
cambios. Pero ella no da bola. Ya no se le ven ojos, no tiene pelos, en su
lugar le salió un palito verde con una hoja. Los brazos y las piernas también
desaparecieron. Está redonda. Esto pasa desde que su nueva jefa la exprime
Identidad
A Rubí
Rubén soñó que era Chuang Tzu soñando
que era una mariposa y que al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado
que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Rubí. Así
que se despertó y decidió ser Rubí. Yo la respeto. Punto.
Dos veces breve
Ella quería una novela, yo le di una
microficción.
Miedo
Dos personas se piensan durante una
semana. Se han soñado, pero no se conocen. Se han amado pero no se conocen. Al
séptimo día se cruzan en la calle. Una cambia de vereda para no ser vista. La
otra también la reconoce y finge no verla.
Una cuestión de lenguaje
A Elsa y Rosa
Te acaricio con los versos y son los
versos mis dedos y temblás como una flor si te acaricio y son tus ojos leyendas
y son nuestros pechos estrellas y vibro a tu compás y es el viento bajo mi
falda excitante y es tu sábana rosa el nido y es el hilo de tu tanga mi horca y
es tatuarme tus muslos en las manos y es morderte el cuello para matarte y es
sentirte revivir en tus gemidos y es tu nombre de misterio y libertad y es el
mío de infinito y euforia y es el sol compartido que no me hace tu vida y es la
luna compartida que no te hace mi vida y ahora somos una y es el sin fin de
palabras que te describen y es la curva de tu espalda la culpable y nada mejor
que mi lengua para acabar diciendo esto.
Procesos
En un acto solemne de ingeniería
literaria buscó la palabra exacta, la frase precisa, verosímil, no redundante,
no exagerada. Presentó los personajes y puso a rodar la historia. No quedó un
tornillo suelto, ni una pared sin pintar. La obra fue ambiciosa y consiguió
superar las expectativas. Los mejores la editaron, los grandes la publicaron,
los críticos lo aplaudieron, lo enaltecieron. Se llevó todos los premios,
rompió todos los records. Pero nunca encontró un ojo que realmente penetre el
proceso.
Versión
El sapo besó a todas las princesas
hasta que una por fin se convirtió en rana.
Finales
Estos son mis finales; si no les
gustan, tengo otros.